sábado, 14 de mayo de 2016

La Olla horno u horno mágico

En estos días donde nos recuerdan cada minuto que a nuestro país se le acaba el agua, por consiguiente la luz, la energía, nos dicen que tenemos que ahorrar. Pero es bueno comentar que ahorrar energía no significa sacrificarnos si utilizamos maneras inteligentes de aprovechar la energía.


Por ejemplo la "olla horno" u "horno mágico", no sé si alguien habrá utilizado alguna vez este artilugio. Quizás esté guardado por ahí en vuestra casa, ya que muchas veces compramos cosas por que están de moda y luego las olvidamos. Si en tu casa hay una olla horno, desempólvala y deja de usar el horno de tu cocina a gas, verás que ahorras energía y además te evitas tener que limpiar el horno -cosa que por lo general es bien desagradable-.
Yo conocí las "Ollas Horno" en Santiago cuando estaba en la universidad, no tenía cocina, sólo una cocinilla de 2 platos, por lo que una comidita al horno era sólo un sueño que se cumplía en vacaciones cuando venía a Puerto Montt a visitar a mis padres.

Allí fue que una tía -Oly- me mostró su olla horno de Aluminios El Mono, con ella hacía desde queques hasta pollo asado, pasando por papas al horno con mantequilla, pancito casero o milcaos y otras delicias que con una menor cantidad de energía entregaban un poco de calorcito de hogar en mi departamento, sobre todo en los meses de invierno, tan necesario cuando uno se encuentra lejos de la casa paterna.
Me compré la olla más pequeña de los tres tamaños que existían en la Zofri de Providencia (Pedro de Valdivia con Providencia), en ese tiempo eran todas de aluminio, sin ninguna elegancia. Cambió 100% la calidad culinaria de mis recetas caseras, como pastel de papas, pastel de zapallitos italianos, kuchenes y muchas otras delicias que disfruté con amigos o sola aquellas eternas tardes de estudio.
OJO, si buscan "Olla Horno" en Internet, les aparecen otras ollas (denominadas Eterna) conocidas en Chile como las ollas Essen, excelentes, que también tienen todos los atributos de un horno, pero que son bastante caras, son de aluminio pesadísimas y requieren muy poquito gas para cocinar, yo tengo una, otro día les cuento qué hago con ella.
La "Olla Horno", más conocida como horno mágico no es muy común ahora que hay tanta variedad de cosas, tiene un leve parecido con un molde de queque -de esos que tienen un agujero al medio- se compone de tres partes, base, la parte de abajo de la olla (que también tiene un agujero al medio) y la tapa (las más modernas tienen tapa con ventana para ver cómo va la cocción si abrir la tapa), por lo general son de aluminio.
El mecanismo que tiene la olla para controlar el cocido de los alimentos es sencillo, a través de unas ranuras en el borde superior de la olla y en el inferior de la tapa -de la misma forma-, que moviendo la tapa de manera circular, abren o cierran estos pequeños espacios que generan una corriente, de manera que cuando uno aprende a controlar la apertura de estos agujeros cuece desde abajo o dora encima. También se regula la cocción a través de la llama de la cocina -que entra por el agujero-, mientras más baja la llama, más lento va cociendo -sobre todo para aquellas comidas donde es necesario un tiempo más largo-.
Tal como cuando hacemos un pollo al horno, en este artefacto se concentran los jugos, realzándose el sabor de los alimentos y con la regulación de la cocción queda sabroso como cuando se cocinaba en cocina a leña -los que tuvimos el privilegio de una cocina a leña en la casa-.

Mi olla horno fue heredada por mi hermano menor, quien la ocupó también cuando estaba estudiando la educación superior en Santiago, y ahora está viejita y ennegrecida.
El otro día en la casa de playa de mis padres me encontré con otra olla horno, la más grande, una que le regalé a mi madre para su cumpleaños hace muchos años y que a pesar de el tiempo y el uso brilla como un espejo (la de la foto). Ha acompañado los veranos de mi familia durante varias décadas aportándole sabor a las comidas y onces estivales.

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