sábado, 14 de mayo de 2016

La historia de los Miñi Miñi

Papá siempre me hablaba de los miñi-miñi. Decía que eran pequeñas frutillas silvestres que crecían entre el pasto, ocultas a la vista y muy difíciles de encontrar.

Yo siempre las buscaba, casi como un sueño, que interiormente intuía no se cumpliría, pues como muchas historias imaginativas que él me contaba, eran sólo fantasías de la mitología chilota aprehendidas desde su infancia en la isla de Quinchao, y las experimentábamos con mucha fantasía, pero ´probar algo tangible era ya algo más difícil, o así pensaba yo que sería, algo de fantasía imposible de alcanzar.
Yo creía que estos maravillosos miñi-miñi eran de la misma tierra mítica desde donde venían otros seres mágicos que conocía al detalle.
Pero en este caso las cosas no fueron así, porque después de muchos años de búsqueda entre los prados del sur de Chile. Un día cualquiera cuando viajábamos por Chiloé, en un lugar muy hermoso y soleado, alejado de la civilización, cerca del lago Cucao, en la comuna de Chonchí, descubrí  entre el pasto unas pequeñas plantitas parecidas a las de las frutillas, tal cual como me había contado mi padre.
Sus hojas pequeñas y redondeadas, suaves y brillantes, pequeñísimas en comparación a la tradicional frutilla de jardín, y entre medio de ellas, me sorprendí con los famosos miñi-miñi, rosados y minúsculos, como la punta de un dedo meñique.
Era algo mágico, increíble, tan pequeños y tal cual como los había imaginado y eran realidad. También nos vimos favorecidos por la época del año, si hubiéramos elegido otra estación del año, quizás no habríamos encontrado estas plantitas que son tan difíciles de ver y que a veces pisamos sin darnos cuenta.
Nunca creí que existieran, aún no las encuentro en los libros ni en internet, pero ahí estaban frente a mí.

Despejé con mis dedos las hojas suavemente para tomar uno de los minúsculos frutos, que se desprendió fácilmente, como si me esperara. Lo puse en mi boca y lo degusté. Su sabor es especial, diferente, en nada parecido al de las frutillas. Es concentrado, dulce, fuerte y aromático.
No me he vuelto a encontrar una de aquellas plantitas con sus frutas maduras nuevamente, la he visto y he esperado flores y frutos. No, no las he visto nuevamente en época de generación de frutas, pero ya no hace falta pues nunca olvidaré que algunas veces en la vida, tenemos el privilegio de ver que nuestros sueños o lo que creíamos parte de la fantasía infantil exacerbada por el entusiasmo paterno -por más descabellados que nos parezcan- son simplemente parte de la realidad, pues el mundo es más complejo y variado de lo que logramos imaginar.
Luego de muchos años de publicada esta nota en Wikipedia se incluyó: https://es.wiktionary.org/wiki/mi%C3%B1e-mi%C3%B1e

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