* Sólo para mujeres solteras, solteronas, separadas, viudas y poligámicas y hombres solteros o solterones que busquen una esposa a través de un método alternativo.
Ahora que nos acercamos al esperado o no tan esperado día del año 31 de diciembre, quiero hablar de una de las cábalas que más usé y que quizás está más enraizadas entre las mujeres, entre las no-casadas diremos mejor. Al comienzo fue una humorada adolescente que nos causó risa, pero con los años más que una tradición se transformó en una sensación de estabilidad para el año siguiente, cuando nos dimos cuenta que de solteras cotizadas nos estábamos transformando en solteronas "ricas" pero viejas. Creo que recién ahí comenzamos a cuestionar la eficacia de estos hechizos de cambio de año. Mas no respecto a su abolición, sino a la forma correcta de hacerlos, como es el caso del conocido, repetido y antiestético calzón amarillo.
De esto se trató la primera conversación telefónica del 1° de enero hace algunos años con una periodista amiga que sufrió también el mismo problema que yo y que casi todo el gremio de nuestra generación: estar soltera. Según me detalló ese día, observando el asunto, además de ser regalado, el calzón, bikini, tanga, mata pasiones, hot pant o colaless amarillo, debía ser usado al revés.
Ahí comenzó la conversación y análisis del caso…
- "Así lo usé anoche", le reclamé. Sin embargo le dije, "justo en los últimos minutos antes de medianoche, me asaltó una gran duda... ¿usarlo al revés significa que lo que normalmente se usa por fuera se lleva esta vez por dentro o debe usarse lo que normalmente está atrás para adelante?" Mi amiga guardó silencio.
Yo había esperado ese Año Nuevo con lo de afuera para adentro (A), pensé cambiarlo por la B -lo de atrás para adelante-, cuando surgió una nueva, la C. - "Quizás el próximo año hay que usarlo doblemente al revés" -pensé en voz alta- "o sea lo de afuera para adentro y lo de atrás para delante."
-"¿Pero si lo usamos doblemente al revés, ¿no se estaría anulando el hechizo?", preguntó mi colega que sí le pegaba al juego de palabras.
- "Claro." -le dije- "Es posible, pues si adaptamos el aforismo que dice que de dos negaciones resulta una afirmación o matemáticamente hablando: menos por menos da más, el calzón que estamos usando estaría por el derecho, aunque no se sienta muy cómodo."
En eso suena el celular de mi colega y me deja en espera...
Ya que tenía un poco de tiempo, me puse a sacar conclusiones de lo que había ocurrido esa noche y qué debía hacer: por mi parte en esta reflexión, puedo señalar que el año pasado usé el calzón en
- "Sí, te estaba diciendo que yo me puse lo de adelante para atrás."
- "¿Sí?" -me imaginé lo incómoda que se sintió si usó colaless- "Sabes, he pensado que las variantes son tan numerosas como la imaginación, hasta tal punto que al dar con la posición correcta pasarían algunos años."
- "Sabes qué coleguita" -concluí- "creo que este año no lo voy a usar más, para qué si no quiero casarme."
- "Tienes razón" -se rió- "yo lo paso regio así solita..."
Pero después de un breve silencio agregué, "Oye, amiga, leí el otro día en una revista española que lo que sí trae éxito en el amor es usar un conjunto rojo, sostén y calzón para la media noche, además no es necesario que sea regalado y no hay que usarlo al revés... y lo mejor de todo es que se puede superponer al calzón amarillo. ¡Qué te parece!" - "¡Gaby, qué estupendo!" -reflexionó- "así por fin Nicolás se va a decidir y no molestará más tratando de convencerme que entre nosotros no pasa nada".
- "¿Y por qué no empezamos a usarlo lo más pronto posible?, Quizás así no sea necesario esperar hasta fin de año" -observé entusiasmada-, quizás así se acumulen energías... y entonces nos cazamos, ¡oh!, quiero decir casemos..."
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